Liderazgo: Seis estudios sobre estrategia mundial by Henry Kissinger

autor:Henry Kissinger [Kissinger, Henry]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Historia, Memorias, Política
editor: ePubLibre
publicado: 2022-01-01T00:00:00+00:00

LA GUERRA DE 1973

En julio de 1971, en una sesión del Congreso de la Unión Socialista Árabe, Sadat ya había declarado que no «aceptaría este estado de no guerra y no paz».[110] Había identificado el problema —el estancamiento con Israel—, pero es poco probable que, tan al principio su presidencia, hubiera tomado alguna decisión sobre cómo resolverlo. Más bien, seguía explorando varias maneras de mejorar su posición negociadora.[111]

No fue hasta algún momento de 1972 cuando decidió cambiar de estrategia, pero, en ese momento, no podía acercarse a un enfoque gradual en el mundo árabe y conservar un apoyo mínimo de la Unión Soviética si no realizaba algún acto espectacular para establecer su propia autenticidad.

Sadat decidió ir a la guerra. Tal vez esperara conseguir sus objetivos declarados de una sola vez. Pero es mucho más probable que iniciara las hostilidades con la esperanza de que estas legitimaran la alternativa de las opciones diplomáticas. Jehan al Sadat, su extraordinaria esposa, recordaba que él le explicó que la situación requería «una guerra más para ganar y empezar las negociaciones desde una posición de igualdad».[112] Las conversaciones con Ismail que tuvieron lugar en 1973 en la Casa Blanca le confirmaron a Sadat la disposición de Estados Unidos a implicarse, y también sus límites. Le convencieron de que, en el caso de no conseguir una victoria egipcia total, el enfoque gradual podía suponer un plan alternativo.

Durante más de un año, Sadat se preparó para la constelación de fuerzas adecuada con el fin de «lograr una paz real».[113] En agosto de 1972, el periodista egipcio Mohamed Heykal describió este periodo como «una hemorragia constante para Egipto, una muerte sin heroísmo que está a punto de asfixiar al país».[114] Jehan al Sadat recordaba de ese periodo:

Los soldados egipcios y los luchadores por la libertad continuaban muriendo en combates esporádicos a lo largo del canal de Suez. En la zona del canal, las ventanas de todas las casas y los faros de todos los coches seguían pintándose de azul oscuro para que no se viera ninguna luz durante los ataques aéreos. En El Cairo se seguían apilando sacos de arena delante de los edificios y en las ventanas de los museos y las tiendas se pegaba cinta adhesiva para minimizar los daños de las bombas. Durante esta época, que los historiadores llamarían de «no guerra, no paz», el ambiente era muy deprimente. Todos lo odiábamos y queríamos que terminara. Sobre todo Anwar.[115]

Decidido a esperar hasta que la situación evolucionara, de modo que su guerra fuera «la última guerra»,[116] Sadat hizo unos preparativos minuciosos. A mediados de 1972, tras la expulsión de los asesores soviéticos, ordenó la elaboración de planes militares. En octubre de 1972, cuando preguntó por los avances realizados, descubrió que sus generales, tal vez porque desconfiaban de las expectativas, ni siquiera habían empezado la tarea. Tras despedir al ministro de Guerra, Sadat reservó fondos adicionales y compró más armas a los soviéticos.[117] También proyectó en secreto un plan de guerra conjunto con el presidente sirio Hafez al Asad.

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